El ahorrar dinero no se nos da mucho a los mexicanos, pero debes comenzar ahora, tu «yo del futuro» realmente te lo agradecerá. Aquí encontrarás 5 maneras de echarle al cochinito sin sufrir.
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Inclúyelo en tu presupuesto familiar.
Para iniciar un ahorro de verdad se debe empezar por abonar una cantidad fija al mes, a la quincena o a la semana, de acuerdo a lo que reciba cada quien de su trabajo o de donde le lleguen ingresos ¿Cómo lograrlo?
Reduciendo gastos, por una parte. Haz una lista de todos lo que gastas regularmente, incluyendo la renta (si es que te aplica), luz, gas, agua, despensa, transportes, materiales para la escuela, servicio médico, dulces, antojitos, cigarros… Cuando hacemos un ejercicio así, generalmente salimos debiendo, las cuentas no salen, o hay más egresos que ingresos.
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Compara
En cualquier servicio que tengas o un producto que quieras comprar, COMPARA. Por ejemplo, hoy en día hay muchos servicios y productos que no sólo se exhiben en una única compañía; existe bastante oferta con la cual tú puedes comparar y optar por la mejor y la más económica. También puedes hacerte la pregunta del millón de dólares: ¿Lo necesito?
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Usa un cochinito
Hazte de una alcancía, y todos los días echa $1, $5, $10, $20…A fin de año tendrás un «ahorradito». Según David Bach, autor de Smart Women Finish Rich, si guardas $10 diarios tendrías:
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Dile NO a los pagos chiquitos
No compres a pagos. ¿Sabías que los mexicanos encabezamos la lista de los que compran en abonos chiquitos? Al final, te sale más caro el caldo que las albóndigas ¡No lo hagas, por favor! Aunque te tardes más, mejor junta y compra al contado, te ahorrarás miles de pesos.
Compra Inteligentemente
Es así como debes hacer una lista de lo que te está vaciando los bolsillos; unos por ser necesarios, tendrás que aprender a manejarlos, y otros de plano, puedes vivir sin ellos. Los economistas dicen que si no sabes administrarte, el dinero se te irá como agua entre los dedos.
Y de pilón…
Hay miles de formas de que el ahorro se vea reflejado en tu bolsillo. En tu casa, en el trabajo, en los paseos, en tus hábitos diarios, etcétera.
Recuerda, no se hace más rico el que más trabaja, sino el que sabe ahorrar y administrarse gradualmente.