Cuesta de enero: cómo no quedarte sin nada en estas fechas

Usualmente, en diciembre el consumo de las personas se dispara por el esperado aguinaldo y los regalos navideños, además de que si existen niños de por medio se suman los gastos de los regalos de Santa Claus y los Reyes Magos, así como las cenas de Navidad y de Año Nuevo.

Las tiendas de servicios, al tanto de este suceso, nos ofrecen ofertas muy atractivas, como descuentos, pagos a meses sin intereses e, incluso, que empecemos a pagar meses después, por lo cual nos es muy fácil embarcarnos a comprar todo tipo de cosas que necesitamos (o creemos necesitar).

De esta manera llegamos a enero con el bolsillo apretado, con nuestras tarjetas al límite y, para el colmo de los colmos, muchas veces vemos cómo los precios de ciertos productos y servicios incrementan. A esto se le conoce como la cuesta de enero.

No gastes todo

Lo ideal es que, al momento de recibir tu aguinaldo –que tuvo que haber sido antes del 20 de diciembre- hicieras un presupuesto acerca de los gastos que realizarás en estas fechas: cenas, comidas, regalos, vacaciones, etc. Y fijar que no todo tu aguinaldo se tiene que terminar en esto.

Recuerda que es recomendable que tanto tu aguinaldo como tu salario no te lo gastes completamente y guardes una parte para invertir o ahorrar, para que en un futuro te sirva para alcanzar otras metas financieras o sacarte de apuros.

Primero las deudas

Pero si el principio básico de no gastarte todo tu salario o, peor aún, gastar más de lo que ganas, no lo pudiste cumplir en diciembre, no queda de otra más que afrontar las consecuencias de tus actos.

Para empezar, analiza las deudas que tienes: cuándo se empiezan a pagar, a cuántos meses y cuál es la más grande que tienes. De esta manera, empieza a jerarquizar tus pagos: puedes empezar pagando las mensualidades de todas, pero intentando saldar completamente las deudas menores. O al revés, intentar saldar más rápido aquellas que son mayores.

Además, recuerda que para que tu cuesta no se extienda a más meses, siempre realiza tus pagos puntuales para no generar intereses y que al final termines pagando lo mismo (o más) que si lo hubieras comprado sin oferta.

Evita pedir préstamos

En algún momento podrías sentirte ahogado entre tanta deuda, por lo cual una de las opciones que te pueden venir a la mente es la de pedir un préstamo a alguna institución bancaria o bien, ir a empeñar alguna de tus pertenencias.

Pedir un préstamo prácticamente sería pagar una deuda generando otra deuda, así que no es muy recomendable, mientras que empeñar alguna de tus pertenencias tampoco es buena opción si trabajaste arduo para conseguirlas.

Estas dos cosas déjalas para el final, si de plano ves que te endeudaste de más y necesitas un salvavidas.

Empieza a planear

Uno aprende de sus errores, así que si ya pasaste y sobreviviste a la cuesta de enero, empieza a planear la siguiente con más calma. Recuerda guardar parte de tu salario y aguinaldo, hacer un presupuesto, y no caer en todas las promociones que te ofrezcan.

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