Este mes hemos hablado mucho de cómo mantener nuestras finanzas lo más sanas posibles, esto se debe a que queremos que el año por venir sea muchísimo mejor. Por lo que hoy vamos a hablar de esos gastos que no nos ayudan a alcanzar nuestras metas financieras.
Estos son más conocidos como gastos innecesarios, ya que si no los realizamos prácticamente no pasa nada, al contrario salimos ganando. Es muy común que todos tengamos por ahí algunos desembolsos constantes que hacen que nuestros esfuerzos por tener en orden nuestras finanzas se desplomen.
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Esta es la parte donde tienes que ser muy sincero contigo, ya que aquí es donde empieza el verdadero cambio. Primero identifica cuáles son tus pasatiempos favoritos, estos colócalos al principio de la lista y de ahí ve añadiendo los hábitos de consumo que te produzcan alguna satisfacción; por ejemplo: Si eres un runner, esta actividad debe ser tu prioridad, ahora anota cuánto gastas en esta actividad, si participas constantemente en carreras, cada cuánto tiempo gastas en tenis, de qué marca, cuánto inviertes en tu ropa deportiva. Anota absolutamente todo lo que necesitas para esta actividad. Una vez lista lo que realmente te hace feliz, sigue con otra actividad. Seguro encontraras actividades que te hagan más feliz que tomar un café costoso cada día.
Es recomendable recortar todo lo que no es tan interesante para tus prioridades. El ahorro es sinónimo de prioridades, no de privación. Todo se puede, pero no al mismo tiempo. Así que establece un periodo para este tipo de gastos y verás cómo tus fianzas mejoran.
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Ya que detectaste cuáles son esos gastos ahora elimínalos o ponles una periodicidad. Si eres de los que siempre andan corriendo porque se te hizo tarde, busca trabajar en el hábito de la puntualidad, si te pones como meta levantarte a una hora adecuada verás cambios hasta en tu salud, lo que será muy bueno ya que disminuirás malestares que también te están generando gastos.
Deja las comidas o cenas fuera de casa para ocasiones especiales. Ya sea que tengas el hábito de comer fuera cada día, establece momentos especiales que hagan que esa comida valga la pena en muchos más sentidos que sólo sentarte a comer. Será un incentivo para ti y así esforzarte por alcanzar alguna meta específica, ya sea personal o laboral.
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También puedes comenzar a buscar sustitutos de productos, aunque le tengas cariño a ciertas marcas muchas veces no es necesario que gastes tanto. Claro que te llevará tiempo acostumbrarte a dejar de consumir un mismo producto pero habrá ocasiones en los que obtendrás un ahorro significativo. Recuerda que los cambios siempre son buenos.
Por ejemplo en el consumo de la electricidad, tener todas las luces prendidas y todos los electrodomésticos conectados no es lo mejor. Recuerda que un aparato electrónico conectado a un toma corriente sigue generando un consumo de energía aun si está apagado. Así que apaga las luces y desconecta lo que no es necesario. Puedes eliminar servicios que ya no son útiles en casa y que sólo te están generando un gasto.
Recuerda, se trata de hacer las pases con tu dinero para que tu calidad de vida mejore.