El gas lp es uno de los energéticos domésticos que es indispensable para vivir, pero que en los últimos años ha encarecido su precio y continúa haciéndolo.
Hay tres tipos de suministro de gas: El gas natural, ese que va por una tubería y que te llega el recibo cada mes; un tanque de gas estacionario, que tiene una mayor capacidad y tienes que llenar al menos cada tres meses dependiendo de su uso; o tanques más pequeños de los que te cambia la camioneta del gas, si esos que gritan por toda la colonia desde tempranito para que no te quedes sin gas todo el día.
En la CDMX hasta el día de hoy, el precio del gas por litro oscila entre los 10$ y los 12$ pesos, mientras que el kilo de gas está entre los 19$ y los 21$ pesos. Como todo, depende de la compañía que lo distribuya. Puedes checar el precio del gas lp para tu localidad en la página de la Comisión Reguladora de Energía.
Fuente imagen: El Universal.
Aquí viene la primera recomendación para que gastes menos en gas. Un litro de gas lp es más barato que un kilo del mismo. Cada litro de gas lp pesa 0.56 kg, por lo que podemos decir que por cada 2 litros de gas lp tenemos 1 kilo de gas.
Así que cada vez que se acabe el gas de tu tanque (de 45 kg hacia abajo) ve a una estación de gas a que lo llenen, y pídelo en litros. Puede que sean sólo unos pocos pesos ahorrados pero a la larga valdrá la pena.
Aquí hay algo importante en el llenado de los tanques, por seguridad ninguno debe llenarse al 100% o explotaría por la presión. Lo recomendable es que sea al 90%, así que no pidas que lo llenen al cien, ya que te dirán que sí y te cobrarán los litros correspondientes pero no será así.
Fuente imagen: Longvie.
Otra de las ventajas de rellenar tu tanque de gas y no cambiarlo, es que si te quedas sin gas a mitad de la quincena puedes pedir que lo llenen a menos de su capacidad y por lo tanto no tendrás que gastar todo lo que cuesta cambiarlo, generalmente lo llenan a partir de 100$ pesos.
En el caso de que tengas una línea de gas natural, siempre monitorea tu consumo mes a mes, es un poco más difícil que te “roben” gas, ya que el medidor marcará lo que consumas en casa. Así que checar tu factura del mes te ayudará a saber si hay alguna fuga en la tubería.
En casa, procura que el boiler esté apagado. Parece tedioso estar prendiendo el boiler cada vez que lo utilices pero sólo imagina cuánto gas está gastando la pequeña flama del piloto al estar encendido todo el día, todos los días.
Fuente imagen: vivus.es
Si tu boiler es de paso, de esos que se prenden automáticamente al abrir la llave de agua caliente, procura apagarlo, así no se encenderá cada vez que abras una llave. Cambiar tu boiler por uno de estos es de las mejores inversiones que podrás hacer, ya que son cada vez más eficientes a la hora de ahorrar.
A la hora de cocinar busca que tus ollas, sartenes o lo que vayas a ocupar, sea más grande que la flama de la hormilla, ya que el fuego que sale por los bordes es gas desperdiciado y el calor se desaprovecha. Además procura siempre tapar tu comida mientras se cocina, así se acumulará el calor y se reducirá el tiempo de cocción.