Hay muchas razones por las que queremos cambiarnos de casa y por lo tanto romper nuestro contrate de arrendamiento, ya sea porque necesitamos acercarnos al trabajo, porque encontramos un lugar más barato, incluso a veces aceptamos el lugar donde alquilamos porque nos “urgía” un lugar donde vivir.
En todo caso siempre debemos poner atención a cada una de las cláusulas de nuestro contrato ya que pueden actuar a nuestro favor o en nuestra contra si queremos dejar el inmueble antes de que se venza el mismo.
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Recuerda que en un contrato es un acuerdo entre dos o más personas, en este caso es entre el arrendador y tú, por lo que ambas partes tienen derechos y obligaciones, así que esta es una lista de los motivos por los cuales cualquiera de los dos puede dar por terminada esa relación.
No solo el propietario tiene potestad para acabar con el contrato de alquiler de una vivienda, el inquilino por diferentes motivos puede dar por finalizado el documento.
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El propietario es el encargado de realizar, y costear, las obras de reparación de la vivienda para mantener el piso en buenas condiciones, sin que estás influyan en el precio de la renta. En caso de que se niegue a realizarlas, puedes romper el acuerdo.
Una vez que se firma el contrato, el único que puede disfrutar de la vivienda eres tú y el propietario solo puede entrar con tu autorización. Si este punto no se cumple, puedes finalizar el contrato automáticamente.
Los contratos se renuevan por anualidades regularmente, por ello, el inquilino puede decidir no renovar el alquiler, avisando siempre en tiempo (30 días de antelación) y forma. También puedes abandonar el inmueble, con una penalización que el mismo contrato estipula, pasados 6 meses desde la firma del documento.
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Aunque es una causa obvia, no está de más señalarla. El pago de la renta y los suministros es una de tus principales obligaciones como inquilino de una vivienda de alquiler. A pesar de ello, la norma no establece a partir de que mensualidad puede considerarse resuelto el contrato, por lo que tiene que ser un pacto entre los implicados.
Muy relacionado con el apartado anterior está este motivo. El pago del depósito de renta es inexcusable, cuando el arrendatario entra a vivir al inmueble. Por este motivo, si no abonas el dinero requerido, el arrendador puede romper el contrato.
Generalmente tienes totalmente prohibido realizar obras en el inmueble, si no está autorizado, por escrito, por el dueño de la casa. En caso de que realices tareas de mejora, como pintar las paredes, tirar tabiques o cambiar electrodomésticos, sin permiso el contrato puede darse por acabado de manera automática. Antes de que se te ocurra remodelar algo, pregunta s puedes hacerlo.
Para poder subarrendar una vivienda necesitas el consentimiento, por escrito, del propietario del inmueble. Si tienes la idea de tener roomies habla primero con el dueño para plantearle la situación y no tener problemas. Ya que si arriendas el inmueble sin permiso del arrendador, este tiene motivos suficientes para dar por resuelto el contrato.
