Todos llegamos a pasar por malas rachas financieras, especialmente cuando de tarjetas de crédito hablamos, pues ya sea por cubrir otros gastos, imprevistos u otros compromisos bancarios dejamos de pagar el plástico y en un chasquido la deuda e intereses se disparan a niveles aterradores.
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Si ese es tu caso no pierdas la cordura tan pronto, pues que existen algunas alternativas para salir del problema y regularizar tu situación económica: de acuerdo con la Condusef cualquier persona que tenga adeudo con algún banco o institución financiera es candidato a una consolidación, reestructuración o quita.
¿De qué van estas opciones? Aquí te explicaremos a detalle; sin embargo, considera que lo ideal, es utilizar estas alternativas como último recurso, es decir, cuando ya no seas capaz de realizar los pagos mensuales.
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Esta alternativa financiera te permite agrupar todas tus deudas en una sola, pues la institución financiera te ofrece traspasar el saldo de varias tarjetas de crédito a una sola, por lo que la clave está en contratar con la institución que te ofrezca mejores condiciones (CAT y menor tasa de interés) que el de las otras tarjetas.
Con este programa podrás ahorrar comisiones anuales, por lo que la recomendación es que canceles las tarjetas que consolidaste y fueron liquidadas; sin embargo, no todos los bancos ofrecen este programa.
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Comúnmente esta opción te permite llegar a un acuerdo en cuanto a la ampliación del plazo, una reducción de la tasa de interés o la aplicación de pagos fijos, incluso, ten presente que si solicitas una reestructuración de deuda, puedes mantener una buena calificación en tu historial crediticio.
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Una quita te ayuda a establecer un acuerdo propuesto por el acreedor, para que como deudor, puedas liquidar la deuda en su totalidad mediante un descuento; sin embargo, recuerda que la negociación puede variar dependiendo de la institución.
No obstante, la desventaja es que una quit tiene consecuencias negativas para tu historial crediticio y reduce la capacidad de acceder a un nuevo financiamiento.
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Es la última opción, únicamente recomendable para casos extraordinarios: si consolidar tu deuda, la reestructuración o las quitas no han sido las opciones viables para tu caso, evalúa el solicitar un crédito, ya sea con tu banco o con alguna financiera.
No obstante, es sumamente importante que compares el CAT para elegir el más bajo y asegurarse que la tasa pactada sea menor que la que se esté pagando en la tarjeta de crédito. Ten presente solicitar únicamente lo que requieres para pagar tus deudas.
Importante:
Recientemente han surgido empresas “reparadoras de crédito” que ofrecen resolver tus deudas, negociar descuentos con tu institución acreedora e incluso hasta borrarte del Buró de Crédito.
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Recuerda que en México no existe dicha figura legal, lo que significa que no están contempladas por la ley ni supervisadas por el gobierno, y que trabajan con esquemas diseñados por ellas mismas. Al no estar reguladas, no hay manera de presentar una reclamación ante autoridades en caso de incumplimiento o fraude.